Padre Hugo Tagle

La playa de todos

Padre Hugo Tagle En twitter: @hugotagle

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 11 de febrero de 2019 a las 04:00 hrs.
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Sí, quiero comentar algo sobre el desaguisado del Lago Ranco. Pero antes, una palabra de solidaridad para con la gente del norte, Calama en especial, que sufre los embates del invierno boliviano. Irrita que, siendo un evento casi anual, aún no se tomen medidas preventivas, de resguardo. ¿Cómo no ser más previsores y prepararse para un fenomeno natural que se presenta todos los años? Con las altas temperaturas y los incendios del sur pareciera que se ha reaccionado mejor.

¡Cuán debil es nuestra capacidad de respuesta ante desastres naturales! Estos acontecimientos adversos dejan en evidencia la debilidad de un Estado protector muy jibarizado. A estas alturas deberíamos responder mejor como país. ¡Gracias a Bomberos de Chile y voluntarios por la loable labor que realizan en las zonas de desastre! Es de esperar que el combate de estos siniestros llegue a feliz término y no haya más víctimas fatales.

En la desgracia se muestra el corazón solidario. Una buena oportunidad para el resto de los chilenos de ir en ayuda de quienes sufren la perdida de sus bienes en estas tragedias.

Ahora unas palabras sobre la polémica por el uso de playa en el lago Ranco. Este temita se repite año a año. Esta vez tuvo mayor cobertura. Yo mismo he pasado por la triste experiencia de no poder cruzar de un sector a otro de un lago por encontrarme con un alambrado que llega ¡hasta dentro del lago! Indignante.

Escribo estas líneas el viernes, fecha límite en que Bienes Nacionales diría si el pedazo de playa en cuestión es público o privado. Y dijo que es público. Insólito que un ministro tenga que dirimir algo que debería estar claro. Pero todo es una nebulosa que irrita y aumenta el desconcierto público. Para la buena convivencia social es clave la claridad juridica, saber qué terreno pisamos, a quién pertenece tal o cual calle, playa, cerro o plaza. Muy sencillo. Nos disparamos en los pies. Y en esto, quienes tenemos más tenemos una responsabilidad mayor de respetar la legislación vigente.

Las tres mujeres del lago nos han regalado la oportunidad de sincerar y aclarar un tema peliagudo que desde hace años es fuente de tensiones: el uso de los espacios públicos. La población aumenta, las playas y lagos son los mismos y más gente quiere usarlos. Ordenemos el asunto. Que se cumpla la ley. No hay playas privadas, ¿o sí? Digame usted. Pongámonos de acuerdo.

Y lo otro, mejorar el trato. Las redes sociales son un intrumento maravilloso, pero pueden ser camino de grandes injusticias, que finalmente terminan degradando la más noble de las causas. Cuidemos el trato. Ganamos todos.

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